Tu tiempo es ahora, tu luz es mañana, cerrá los ojos y empezá a soñar.


V A L E N T I N A

22 noviembre, 2011

Estoy buscando melodías, para tener como llamarte.





Nunca me había emocionado tanto el silencio. Las luces se apagaron y la gente en vez de gritar porque empezaba el recital se quedo en silencio. Aplaudió la entrada de Silvio y sus músicos y de nuevo el silencio ‘En el claro de la luna’ empezaba a sonar y en el gran Orfeo solo se escuchaba su voz. En muy pocas canciones el publico lo acompaño en su cantar. En esas canciones que son imposibles no cantarlas.
Empezó a sonar ‘Quien fuera’ y fue inevitable el nudo en el medio del pecho, el mismo que siento cada vez que la escucho.
A mí alrededor veía como todos movían los labios siguiendo cada palabra, pero en silencio. Veía sonrisas, lagrimas, emoción. Se palpaban recuerdos. Sensaciones. Se me ponía la piel de gallina cada vez que alguien rompia ese silencio gritando VIVA CUBA, VIVA ERNESTO, VIVA LA REVOLUCIÓN, luego de nuevo el silencio acompañando su voz, dulce, clara.
En el momento que estaba terminando ‘Ojala’ me di cuenta que se estaba terminando algo muy importante para mi. Ese canción, ese recital que tanto esperé, esa etapa de mi vida que aún no logro superar. Juro que nunca cante una canción con tanta pero tanta alegría y tristeza a la vez.
El publico entero se para a aplaudir y a ovacionar ese momento, yo me quedo sentada, secando las lagrimas porque no podía dejar de llorar.
En ese momento recordé cada momento vivido, cada uno de sus abrazos, cerré los ojos y lo sentí como si hubiera estado conmigo.
Termino el recital la gente se iba y yo seguía ahí. Pinche la nubecita de los recuerdos y salí a fumar un pucho, volvi a pensar en frio, volvi a sentir lastima, porque el odiarla es darle mucha importancia y no siento ni odio, ni bronca, ni rencor. Solo LASTIMA. Una vez más no había podido controlar mis impulsos, solo que esta vez no me arrepentía.

Escribí un testamento que no llegaba a abarcar un mensaje. Lo borré. Había sido suficiente por esa noche. Preferí seguir esuchando el silencio que acompaño también, mientras Silvio cantaba.

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