Tu tiempo es ahora, tu luz es mañana, cerrá los ojos y empezá a soñar.


V A L E N T I N A

19 octubre, 2011

DIA DE LA MADRE

Siempre nos gusto llegar a las fiestas hechas un carbón, el vestido, en lo posible blanco, del 31 a la noche debe resaltar. Asi que como todos los primeros calores nos juntamos a tomar sol.
El día estaba como siempre muy muy pesado. En el cielo ni una sola nube, celeste, mas celeste, y mas mas celeste. Los rayos del sol bien penetrantes, brillosos, de esos que no se filtran por ninguna parte.
Pero como yo no tengo pileta, no era opción quedarme en casa sola, y bueno preferible el “yacusi” de plástico antes que la manguera.
Agarre mi bici playera gris (la que aún tiene el asiento flojo) y emprendí camino. El asiento estaba hirviendo, me costo sentarme, asique la primer cuadra la pedaleé parada.
Siempre cruzo el parque, es mas corto el camino y un poquito mas fresco por los arboles, pero no se porque esta vez había agarrado la Córdoba para ir por el Colón, el desértico Boulevard Colon. Las 15 cuadras fueron terribles, el calor sofocante y mi poco estado hizo que llegara agotada. Pero llegué y como de costumbre entre sin golpear por las dudas de que alguien esté durmiendo la siesta. Pase la bici por la rejita y la deje al costado. No alcance a cruzar la puerta que ya estaba metida a la pileta. Y mientras charlábamos de amores pasados, como normalmente, se escucho una voz desde la cocina…
-Chicas…ya les llevo la jarra para que preparen el terere-
Su voz, me sonó familiar, quizás no la recordaba, pero seguimos charlando como si no pasara nada.
A los cinco minutos se asomo su sombra por la ventana y no dude en reconocerla. Era ella, con su sonrisa sencilla, infaltable, con su vocecita dulce, sus manos cálidas, su mirada intensa, feliz. Era ella, transmitiendo la paz que hasta hoy perdura, confianza, amor. Y con la naturalidad que siempre la caracterizo, la abrazó, le dio un beso en la mejilla y le dijo…
-Estoy acá hija, estoy acá. Nunca dudes de que estoy con vos, con ustedes y voy a estarlo siempre.-
Me saludó, me dijo que hacia mucho que no iba y se fue para adentro.
Empecé a llorar, mis lágrimas se mezclaban con el agua de la pileta. María me pregunto porque lloraba y no supe que contestarle, tenía un nudo en la garganta y no entendía que me pasaba. Y sin entender ninguna de las dos nada, me dijo…
-No llores boluda, no llores porque me vas hacer llorar a mi, si te caés, me caigo con vos, por eso somos amigas ¿no?-

Me desperté de golpe, sonó la alarma de mi celular porque tenía que ir a mi primer día de trabajo. Me llamaron de refuerzo en una tienda de ropa por el “Dia de la Madre”. Tenia que ir bien si o si. Caminé hasta el centro con los ojos llorosos y una sensación de angustia en el medio del pecho. Todavía sentía, palpaba su caricia.
No pude contarle mi sueño, a la noche estuvimos más de 3 horas dando vueltas en el auto pero no pude contarle, no tuve el valor quizás. Trate de evitar que se ponga mal, sacando otros temas más banales, me dejó en casa y me fui a dormir.
Como podía detallarle mi sueño, me sentí culpable. Más tarde comprendí, que probablemente era un mensaje, para que su Maiu sepa, que este como todos los DIAS DE LA MADRE que queden por delante, ella va a estar aca.
El domingo para muchos fue un día mas, comercial, con nada para festejar. Para mí, fue un día de reflexión, para vos amiga seguro que de recuerdos y de los más hermosos.

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