NO TRATES DE ENTENDERLO

Uno de los más grandes y duraderos debates de la humanidad ha sido sobre el papel del destino en la vida de las personas. Según Wikipedia el Destino es la sucesión inevitable de acontecimientos provocados e incognoscibles que ocurren en diferente lugar y tiempo pero que una vez unidos forman una sola consecuencia en un futuro no muy lejano a cuando ocurrieron los otros. Yo realmente no me recuerdo cuando perdí mi fé en el, cuando deje de creer que las cosas pasaban porque estaban escritas. No sé cuando dejé de creer en el Destino. Sólo sé que dejé de creer en él. No sé si fue una decisión con consciencia o mis ideas fueron lentamente cambiando, hace ya tiempo comencé a creer en mi misma y en mis posibilidades.
La vida te da unas cartas y eres tú quien tiene que jugarlas. No, no es que te castiguen o te bendigan. No es que todo esté escrito en un libro misterioso y sagrado del que nada sabes. No. Son caminos, atajos, bifurcaciones, elecciones, madurez, aprendizaje. Es lucha, es derrumbarte, es levantarte. Es cruzarte con personas maravillosas, dejar que se vayan, coserte las heridas, descansar, tomar aire, empuñar la espada de la Confianza, Es ganar, es perder. Es APRENDER. Es ser el fruto del árbol, es seguir hacía delante, y si no se puede, tomar un camino diferente. Porque a veces, renunciar a algo también significa ganar.
Y no digo que todo este tipo de cosas valgan para todos en general, o que tenga la verdad universal en mi poder. No. Lo que digo es que me doy cuenta de que todo aquello en lo que yo creí era ropa vieja, y ahora, he mudado de piel, he dejado de vivir tres pasos por delante de lo que me correspondía, y vivo en el HOY. Que es más real que el AYER y más certero que el MAÑANA.