Tu tiempo es ahora, tu luz es mañana, cerrá los ojos y empezá a soñar.


V A L E N T I N A

01 noviembre, 2008

Estaban los dos allí delante, sentados sobre la arena de la playa. Parecían felices, aunque sabían que no les quedaba mucho tiempo juntos. Se abrazaron. Los dedos del él dibujaron tirabuzones con los cabellos de su enamorada y ella se refugió en su piel. Las lágrimas no acudieron. Las de él porque los hombres no lloran, las de ella porque nunca supo llorar. Cuando un soplo de aire les separó se observaron largamente, en silencio. Sonrieron. Él le regaló una caricia y ella le levantó suavemente la barbilla hasta encontrar sus pupilas. Las primeras olas de la mañana susurraban que era hora de partir. Sin darse cuenta, ella dejó escapar un suspiro y él, sin querer, apretó más fuerte las manos. Bromearon para evitar ponerse tristes. Ella apoyó la cabeza en la espalda del muchacho como le había enseñado la timidez, sólo un segundo, y él pidió que le cantara algo. Pero la canción se convirtió en beso. No hubo hasta mañana, ni hasta pronto. Fue el adiós definitivo de dos amantes imposibles. Un adiós forjado con las lágrimas que nunca acudieron. Las de él porque los hombres no lloran, las de ella porque las sirenas no saben llorar.

1 comentario:

DOS AMANTES DEL MONTON dijo...

"Es un encuentro irreal de dos seres que nunca se encontraron...En verdad digo que el adios no existe si se dice entre dos criaturas que fueron uno,es una palabra innecesaria porque en el mundo real de lo desconocido solo hay encuentros, nunca despedidas..."