Tu tiempo es ahora, tu luz es mañana, cerrá los ojos y empezá a soñar.


V A L E N T I N A

11 agosto, 2008

Mi yo interior se burlaba a carcajadas, mientras que desesperado; aún con la sangre hirviendo me miraba al espejo y repetía imbécil cada vez que me placeaba. El agua fría calmó la sangre y las esporas de mi piel; y una sonrisa brotó de mis labios inesperadamente, mientras recordaba.
Ya habíamos hablado de eso, solo una vez; terminó siendo el último tema no tocado.
Sus labios jugaban con los míos y sus manos se aferraban a mi pecho y mi abdomen. Se deslizaba despacio por todo mi cuerpo; sin quitarme la mirada de encima, sonriendo casi todo el tiempo; mi respiración me delató.
Se quedo exánime con sus labios en mi cuello, respirándome lento; dejándose contagiar por los nervios que la abrumaban, por la presión en el pecho y el nudo en la garganta. Me voltee, buscando sus labios y con mis manos la agarré con fuerza; la besé suave y lentamente, dándole besos por toda la cara, por el cuello y los hombros; me apoderé de sus ganas.
Me pasó la pierna por encima, le di besos en las manos y la miré a los ojos. Me sonrió. Su respiración fue aumentando progresivamente; y delicadamente le fui quitando la ropa sin prisa alguna, su blusa morada por encima de los hombros; su pantalón desabrochado, y su mirada justo en mis ojos. Mis labios en su cuello, en sus hombros, en su pecho, en su torso. Mis manos en su abdomen, en sus muslos, todo denso y lento como los pasos del reloj, como el viento que adorna las nubes; y el cielo oscuro, vestido de luna y estrellas. Me acariciaba la espalda con sus dedos; mi boca descendía lentamente, tiernamente; como si su cuerpo fuera una obra de arte sacada se algún lugar exótico, única; como si fuera la última flor del desierto.
Me miraba con ojos llorosos, y se retorcía detrás de la baldosa.Mis manos pasaron por su cintura, sus pechos, su cuello y sus mejillas en ese instante. Suspiraba cada vez más seguido mientras me decía algo inentendible al oído. Me quede dos minutos inmóvil, mirando sus ojos, con sudor en la frente; y ella agitada solo respiraba mientras detallaba la luna. Todo fue mas tierno después de eso; las caricias, los besos; el exhalar suave y con calma. Un abrazo, un beso en la nariz; y el frío contagiador de la noche, que muy bien habíamos ignorado.


PUEDE QUE SI, QUE SEA TAL CUAL . ♥

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