05 septiembre, 2010
"Nos vemos castigados por nuestras negaciones.Cada impulso que intentamos aniquilar germina en la mente y nos envenena. El cuerpo peca primero y se satisface con su pecado, porque la acción es un modo de purificación. No nos queda nada más que el recuerdo de un placer o la voluptuosidad de una pena. El único medio de desembarazarse de una tentación es ceder a ella. Si la resistimos, nuestras almas crecerán enfermizas, deseando las cosas que se han prohibido a sí mismas, y además, sentirán deseo por lo que unas leyes monstruosas han hecho monstruoso e ilegal. Se ha dicho que los grandes acontecimientos tienen lugar en el cerebro y solamente es en él donde tienen lugar asimismo los grandes pecados del mundo."
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario