No fui yo, ni vos, ni ella ni el, los que hicieron que se vaya a pique esto que llamábamos amor. Preferimos la derrota compartida, al triunfo en soledad. Que bien nos hizo entenderlo, cada uno con sus cosas y a otra cosa. Ya no importa el que dirán, no importa la verdad. Tejiendo telarañas bajo el mismo techo. Miradas extrañas, aromas nuevos; poniéndole un cebo a los celos y no caen nunca. Olvide tú cara por tanto ver tu nuca. A espaldas, pero de frente siguiendo con la rutina, como las golondrinas cruzan el continente. Saliendo a buscar afuera lo que perdimos dentro. Consiguiendo alimento, que nos salve de esta hambruna. Cada uno con sus cosas y a otra cosa. Ya no importa el que dirán, no importa la verdad.
13 junio, 2010
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