Tu tiempo es ahora, tu luz es mañana, cerrá los ojos y empezá a soñar.


V A L E N T I N A

19 marzo, 2009

El cigarrillo tardó en consumirse más de lo normal. El tiempo no corría, se había detenido en algún momento de la noche, con el susurro de la pronunciación de dos palabras. Todavía se siente el instante en el que cesó el movimiento. Esas dos miradas que, luego, se fundieron en un abrazo y en un momento.Ella trataba de no demostrar su nerviosismo. La falta de confianza la hacía incomodar. Ocultaba todo detrás de la sonrisa, que trataba de hacer parecer natural. Una mueca que la hacía evitar llorar...Corría el mes de septiembre, sábado de madrugada o domingo a la mañana, y unas piernas que no podían parar de temblar. Un ambiente y dos almohadones, una botella y dos velas, que iluminaban menos de lo que tenían que iluminar.Trataba de encontrar el significado de las miradas de él, pero eran imposibles de descifrar. Había desaparecido la vives de su repertorio, frente a la firmeza de su sinceridad. Una sombra tímida de alguien, a la que ella creía conocido, se asomaba despacito, reemplazando la seguridad que antes parecía abundar.Mientras que las palabras se iban agotando, y la bebida desapareciendo, trataba de no llorar. De no decirle que hablaba por lo que pensaba y ocultaba, así, lo que sentía. No quería contarle que, la verdad, necesitaba un abrazo más. Buscaba, desesperadamente, evitar deshacerse en frente de él. Y mostrarle la fragilidad y el miedo que esa noche estaban acompañándola.Había pasado poco tiempo luego del encuentro, y hoy, ya se hablaba de desencuentro. No quería, pero tenía que hacerlo. Ella, sabía como iba a terminar aquella historia sin comenzar. Un cigarrillo más, un beso, un taxi esperándola, y un chau sin pausa... ni esperanza.

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