Tu tiempo es ahora, tu luz es mañana, cerrá los ojos y empezá a soñar.


V A L E N T I N A

07 octubre, 2008

Todos tenemos problemas, mañas, cosas que pulir y cosas que mejorar. Desconfío de la gente que siempre dice que esta bien y que lo único que hace es mostrar una sonrisa radiante, mientras jura que su vida es perfecta y después llega a su casa, apoya la cabeza en la almohada y se deja llevar por la melancolía y el tedio de mentirse a si mismo. Pero también existe la contracara de esta especie. Las personas que viven ligadas a los problemas. Esas que nunca jamás pueden decir y admitir un estado de felicidad. Viven ligando su existencia a los peros. Para estas personas nunca existe la satisfacción de una totalidad. Creo que hasta invocan sus propias desgracias. Cuando están a punto de dar un paso importante, ya de antemano piensan que les va a salir mal. Cuando las cosas se complican tiran la toalla a un lado, alegando que era obvio que iba a pasar. Miran de afuera para afuera, nunca para adentro. Observan y anhelan los éxitos ajenos, olvidándose de la lucha por los propios. Desearían ser diferentes y poder cambiar, pero esa diferencia implica valentía, y esto se vuelve muy complicado para ellos ya que implica esfuerzo. Si del primer grupo dije que desconfió, del segundo simplemente huyo. No se bien en donde escuche o leí la expresión que dice que las personas son sus propias elecciones. Sin querer meterme en el terreno del destino y los caminos marcados, puedo decir que de entrada ya existe una tendencia en nuestra vida. Nacemos con facilidades, que luego queda en nosotros trabajarlas y pulirlas pero que ellas, a su modo, van trazando un línea que tendemos a seguir. A su vez también tenemos la posibilidad de aprender. Con esto quiero decir que si no nacemos con la naturalidad o el don para ciertas cosas, esto no significa que no las podamos adquirir mediante el esfuerzo.Vivimos rodeados de posibilidades y oportunidades para cambiar lo que no nos gusta y adquirir lo que queremos. Todos los días tenemos ese minuto en que podemos terminar con eso que tan angustiados nos mantiene o seguir haciendo caso omiso a los sentimientos que tenemos por delante. Elegir no despegarnos del pasado, trayendo con nosotros el dolor y el rencor que nos quedo de alguna frustración y arrastrarlo con nosotros a nuestro futuro u optar por vivir el presente y los riesgos que esta elección implica en la vida de todos nosotros. Transformando lo malo en algo bueno, rescatando las cosas que podemos cambiar. Somos dueños de nuestras decisiones pero también de nuestros sentimientos.Hay quienes dicen que una persona se mide por como se levanta, no por como cae. No sé si quienes lo dicen se pueden llamar a si mismos sabios, pero yo difiero totalmente de esta expresión. Una persona debería medirse por cuantas veces se cae. Porque para caernos hay que jugarnos primero, hay que juntar valor y apostar. Forma parte de nuestra estrategia de juego, forma parte de la partida de la vida. Pedir otra carta, duplicar nuestras apuestas, arriesgar todo a un color. Nada de puntos medios. ¿Ya dije que odio los matices? Caerse significa comprar. Yo compro algo que puede salir mal o bien, como todas las cosas que nos pasan y vivimos. Pagó otra ronda, otra pregunta, otra respuesta y otra cuenta pendiente. Si, no hay dudas… las personas se miden por cuantas veces se caen, porque eso marca la tendencia de cuanto uno experimentó en su vida, marca los recuerdos, marca la experiencia y ayuda, al final del camino, a encontrar los éxitos que uno espera para si mismo.

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