VE
RA
NO
Te necesito
Tu tiempo es ahora, tu luz es mañana, cerrá los ojos y empezá a soñar.
V A L E N T I N A
Con el mismo dedo que te toco el timbre, puedo presionar tu herida. Con la misma mano que te acaricio, yo puedo meterte faca. Con la misma que digo mamá, puedo anular tu autoestima. Con el mismo empujón que te ayuda a crecer puedo tirarte de la hamaca.
Y así lastimarte, cortarte las piernas, llenarte de miedos, hacer que no quieras, ganar este juego que tanto vale la pena.Yo puedo asfixiarte, reducirte a cero, hacer que no quieras sacarte el sombrero ante este milagro que algunos llaman vida.
De la misma forma que hago una revolución, te hago un golpe de estado. De fernet puedo ser un curda feliz, o ser víctima y victimario. De la manipulación se puede hacer el bien, pero también maldades. De paso cañazo que no doy por dar, te quito posibilidades.
Y yo acá re puesto explicando qué es esto, de que los opuestos que están dentro nuestro; si bien son opuestos, también son complementarios. Dentro mío bailan Hitler y Mahatma, Buda y Zorba el griego, Mariano Grondona y el Diego, el amor y el dinero, Dolina y el Mono Mario.
Para hacerme responsable de mis facultades asesinas, sufro y muero. Para reírme hasta el llanto, cada tanto lloro hasta reírme a pleno. Para mí que menos, más, mejor, peor, muy, tan, son trampas de la mente. Para mí que clasifica lo inclasificable porque teme a la muerte.
Somos cielo y tierra, agua, fuego, tristeza, alegría, consuelo, franqueza, placer, agonía, soy sueño y desvelo, quilombo y armonía.
Si no pongo un freno a mi mente, no estoy en presente, mi cuerpo no siente, estoy como ausente, casi transparente, como quien dice "demente".
Hasta cuando sin corazón por el qué dirán sobre nosotros, según mi opinion vivir bajo un pulgar no te deja ir tras algo profundo.
Ante el error cabe el perdón, desde la nada voy hacia el todo, del todo a la nada, del método al cómo, y haciendo cambio el mundo.
A las circunstancias las boicotea el tiempo, a las importancias los miedos.
Hay momentos en los que el tiempo parece detenerse. Todo ocurre en pocos segundos, pero para vos es una eternidad. El tiempo se vuelve espeso, tenso.
Un observador externo verá que todo ocurre rápidamente, pero para el que lo está viviendo desaparece la noción del tiempo. Todo depende del punto de vista. Todo depende del observador.
En esos momentos comprendemos que nada es absoluto y que todo es relativo ¿o no?
¿Cómo se puede estar absolutamente seguro de algo si todo el tiempo hay cosas que relativizan todo? ¿Uno deja de ser bueno cuando hace algo malo? ¿Existe el malo absoluto, el bueno absoluto?
Nosotros vivimos en un mundo perfecto, sin fallas ¿Existe algo sin fallas? ¿Existe un mundo absolutamente perfecto, algo absolutamente perfecto?
Cuando crees una verdad absoluta no hay lugar para las contradicciones.
Si todo es relativo no hay nada malo, no hay nada bueno, no hay nada feo, no hay nada hermoso.
Si me canse de esperar, fue porque el tiempo no curó ni una herida.
Si me cansé de olvidar, fue porque el olvido es la 'pastilla suicida'.
Si me cansé de perdonar, fue porque cuando duele nunca, nunca, nunca se olvida.
Si me cansé de mentir, fue porque la verdad lastima solo al principio.
Si me cansé de dormir, fue porque al 'sueño' no lo sueño dormido.
Si me cansé de asistir, fue porque asistiendo o no asistiendo siempre empezaron sin mí, sin mi.
Si me cansé de obedecer, de ser correcto. Me corresponde ser obediente a mi parecer.
Y hoy me doy cuenta que padeciendo también me canso, siempre que no pertenezca voy a pertenecer.
Si me cansé de ceder, fue porque cediendo te vas muriendo en vida.
Si me cansé de llorar, fue porque en las lágrimas no encontré salida.
Si me cansé de siempre correr, fue porque muchas cosas las perdí por correr noche y día.
Si me cansé de mirar, fue porque mirando ví una vez a la muerte.
Si me cansé de perder, fue porque una vez me desangre por perderte.
Dar una mano a alguien es mucho más que hacer un favor. No es dedicar unos minutos que te sobran o prestar una remera que no usas, es dar una parte tuya, es darte vos. Dar la mano es aferrarte y aferrar al otro. Cuando el mundo se vuelve un abismo y todo se cae tus manos no se aferran a algo, se aferran a alguien, alguien que no te deja caer. Cuando vos diste tu mano ya no hay forma de soltarla, ya no es tuya, está unida a la del otro, las dos manos son una. Las manos nos unen, nos suman, cuando damos la mano dejamos de ser yo para ser nosotros. Mi mano ya no es mía, es tuya, o nuestra. Nunca voy a soltarte la mano, pase lo que pase. No sueltes mi mano.
YA LO SÉ, NO SOY UN HÉROE
Al principio mi amigo se derrumbó, pero luego…. Luego también, pero trató de buscar de nuevo al coyote para encontrar la posibilidad de…. De yo qué sé. Y se fue para la plaza de Santo Domingo, y rebuscando encontró el nuevo callejón y el antiguo portal…
Y no... Encontró una sucursal del Fondo Monetario Internacional; esos eran otros coyotes, no le interesaban. Así que recordó las palabras del viejo coyote: cerca de Tepozlan, recordó la curva del autostopista. Agarró el carro y se fue para allá…
No se sorprendió cuando se encontró un poblado fantasma; aquel pueblo era una sombra del pasado, todo ruinas, abandonado desde hacía mas de 50 años. Empezaba a hacerse de noche. Mi amigo se sonrió, asumió la derrota y decidió volver a casa cuando ya era noche cerrada. Entró en el coche y, al poco de salir del pueblo, encontró a una chica haciendo autostop en el arcén. Mi amigo no lo dudó, paró, bajó la ventanilla, y “¿A dónde vas?”: - al D.F. “Pues sube”, y al poco de subirse ella dijo: - tenga mucho cuidado en la siguiente curva. Y apenas pudo acabar la frase, porque en la última palabra sonó el reventón de una rueda, así que mi amigo, se tuvo que hacer a un lado de la carretera, y dijo: “disculpa”. Y tenías que ver la cara del autoestopista. Porque la curva quedaba lejos.
Bueno…Pues, se detuvieron, él bajó a cambiar la rueda, y ella con él… Y empezaron a hablar; una conversación trivial, pequeñas cosas, que fueron creciendo como bolas de nieve hasta convertirse en grandes cosas - ¿Y tú de dónde eres?, - Pues yo del D.F., y él le preguntaba :”Y a qué te dedicas”, y ella decía: “antes estudiaba, pero ya no”… Al rato no sé que le estaría contando él porque ella se descojonaba de risa, y jamás nadie había tardado tanto en cambiar una rueda, la verdad. Y la noche pasaba, y mi amigo le empezó a contar la historia de la dulce Carola, del coyote, y de la ventana, y de la sopa de cebolla, y le decía a la mujer: “¿Te lo crees?”, y la mujer decía:
“Si yo te contara… Yo sé lo que es desaparecer justo en el momento preciso, yo sé lo que es repetir la historia una y otra vez…. Yo te entiendo”.
- ¿Tu crees en los amores a primera vista?
- ¿Acaso existen otros?
Aquella mujer, la autoestopista era hermosa, no se si tanto como Carola, pero era hermosa, triste pero hermosa. Aquel silencio fue eterno, y él le dijo: volvamos al coche, te llevo al D.F. Y mientras se subían al coche, el pensó en decirle: “Quédate conmigo, huyamos juntos a cualquier sitio, empecemos de nuevo, yo que se!”, y quizás ella pensaba lo mismo, pero, sin embargo, dijo: “Ten cuidado con esa curva”. Y mi amigo tuvo mucho cuidado, paso la curva, y con los ojos fijos en la carretera, mi amigo no se atrevía a mirar en el asiento de al lado. Quizás ella también se había marchado como la dulce Carola y volvía a estar solo. Y sabiéndose solo, se dirigió hacia la autopista y cuando iba a entrar en ella escucho una voz al lado que decía:
“¿Alguna vez has estado en Acapulco?”
Mi amigo miro en el asiento de al lado y ahi seguía ella, ahora estoy seguro era mas hermosa que Carola, mi amigo dijo:” Nunca”, y ella le dijo: “Pues llévame”. Y se fueron, y así siguen en la carretera. Mi amigo no volvió a ver a Carola, porque lo importante no era Acapulco, lo importante era el viaje, y saber que hay que tener memoria para no repetir los errores y saber que la historia no se debe repetir.
Sobre los fantasmas, no sé si creer. Yo no sé si hay vida después de la muerte. Hay gente que se cuestiona si hay vida antes de la muerte. Yo personalmente me cuestiono si hay vida antes de las 12 de la mañana…
El caso es que por aquella carretera ahora pasan después de media noche, no se si existe un coyote que me devuelva a mi pasado, no creo, pero yo personalmente no dejare que pases por debajo de mi ventana sin pedirte que te quedes conmigo, ni que subas a mi coche sin que emprendamos una urgente huida.
Háblame de tus abrazos, de nuestro amor imperfecto, de la luz de tu utopía, que tu voz tape este estruendo.
Aquellos dos tenían una flamante primavera portátil. Ah era muy divetido verlos cruzar la calle con aquel armatoste cubriéndolos como una pajarera o un enorme paraguas.
A veces resultaban francamente molestos. Como cuando viajaban en el subte por ejemplo, y le metían a uno un pedazo de octubre en las narices, sin pedirle disculpas para nada.
Otras veces en medio de una oficina pública, o en una exposición de filatelia, para dar otro ejemplo, se movían y hacían un incalificable desparramo de perfumes, glicinas, abejorros, pereza, cielos de no creer, o tontas palabritas que después iban y venían volando como moscas, hasta que se posaban muy orondas en algún portafolios. Para colmo andaban contentísimos con su armatoste parecido a una campana o a una nube, y como hasta el mismísimo invierno se mostraba respetuoso y paciente frente a aquella absurda primavera portátil, los dos se creían que eran absolutamente inmortales. Un buen día desaparecieron. Según se cree, al final de un verano, al armatoste le dio por seguir a una bandada de golondrinas que se dirigía hacia el norte, y naturalmente arrastró a aquellos dos como si se los llevara una cápsula géminis.
Otros en cambio dicen que el armatoste un día se esfumó, se derritió, se desarmó o algo así. Que entonces los dos sintieron frío y se miraron y se miraron largo tiempo, sin conocerse en absoluto. Y que tuvieron tanto miedo al verse así desnudos, extraños y mortales, que salieron corriendo, uno para un lado y otro para el otro, hasta que se perdieron nadie sabe dónde.
Donde el viento cura heridas, donde el mar todo lo olvida, y el tiempo entiende de traición. Lejos de todo.
INIGUALABLE
LA VIDA LE DIO MILONGA Y EL BAILO.
Alcanzar lo interminable
rebotando en la pared
dando vueltas en el aire
mientras el payaso hace la red.
Voy tratando de crecer y no de sentar cabeza.
Algunos errores, son deliciosos.
Vive loco en su cordura, y siente más que cualquiera. Su droga es vivir a pleno, se pica con humildad, fuma consejos ajenos, y aspira sinceridad.
Y CADA VEZ PEOR, Y CADA VEZ MAS ROTOS.
CON SU TODO ES AHORA, CON SU NADA ES ETERNO.
Lo sublime, lo toxico.
Lo inmaduro, lo idiota.
La razón, la soledad.
Lo patético, lo poético.
Lo transparente, la oscuridad.
Lo admirable, lo detestable.
La soberbia, la desesperación.
La esperanza, lo caótico.
La lastima, la estupidez.
Un desafio.
El miedo, el amor.
Te engañas si me quieres confundir. Esta canción desesperada no tiene orgullo ni moral. Se trata sólo de poder dormir sin discutir con la almohada, dónde está el bien, dónde está el mal.
Pasan las horas mientras te espero,
golpean mi cabeza miles de recuerdos.
Pasan las horas y tú no apareces,
el tiempo todas las batallas vence.
Lo conozco, sé que no va a ser felíz con nadie porque ni siquiera es felíz consigo mismo.
Siempre soy la estúpida de la tira, la que aunque hayan golpeado mil veces los golpes del amor, todavía tiene esperanzas.
Y queda una vuelta de tuerca más.
Porque nunca lo que yo quiero se hace realidad, nunca. Porque mi imaginación siempre es más grandiosa y más potente y mucho más placentera que la realidad.
MIENTRAS TANTO EL SOL SE MUERE
PERDIENDO AL FIN LA NOCIÓN DEL TIEMPO.
LA MAS LINDA DEL AMOR, QUE UN TONTO A VISTO SOÑAR